Reproducimos un artículo aparecido en Crónica Global / El Español.
Por Carlos Manzano.
Presidenta y Vicepresidente Las Sillas Voladoras en Aviació Adaptada 2022
Philippe Carette y Carlos de Albert unen fuerzas y actúan tanto en España como en Francia para que la aviación sea accesible para las personas con discapacidad.

Fotos de Philippe en Aviació Adaptada con su aeronave y los voluntarios de la empresa de aviación comercial Volotea
Pilotar no es solo mover las piernas. La jornada de Aviació Adaptada del pasado 1 de octubre en el aeródromo de Igualada-Ódena fueron un punto de inflexión más para mostrar el mundo de la aeronáutica y las barreras con las que se encuentran las personas con movilidad reducida.
Eventos como Aviació Adaptada son una de las lanzaderas más importantes que ayuda a que usuarios con discapacidad, se acerquen a la aviación y mediante el evento Aviació Adaptada, se logra que con la ayuda de los voluntarios además de los patrocinadores o entidades públicas que hacen posible este evento, usuarios puedan volar y disfrutar de un evento en el que con sus familiares y amigos, descubran que la aviación es accesible y todo aquel que se lo proponga, pueda practicarla, aprender a volar y hasta dedicarse profesionalmente si es que es el deseo del usuario...









El 8 de agosto de 2008, Elizabeth Heilmeyer y Carlos de Albert, después de años de perder juicios, lograron que la discapacidad motora no fuera un impedimento para obtener la licencia de planeador en España, tras publicarse en el Boletín Oficial del Estado (BOE) una Orden Ministerial que así lo amparaba. Ambos pilotos lograron equiparar la legislación española a la del resto de países europeos.
Esta línea abrió un nuevo escenario que hacía décadas que se vivía en Alemania, Francia, Italia y Reino Unido. Para ello, la piloto alemana y el aviador catalán fundaron la organización Sillas Voladoras, que poco después establecería, junto a otras asociaciones, las jornadas de Aviación Adaptada que este año han llegado a su quinta edición. “Cuando Heilmeyer tuvo el accidente y se quedó en silla de ruedas quiso obtener de nuevo la licencia para volar en España y le dijeron que no. Ella llamó a Alemania y le explicaron que allí no había problema para hacer la conversión, pero quiso luchar para que aquí fuera posible y justo yo estaba luchando también por lo mismo, así que nos juntamos y nos querellamos contra aviación civil”, explica De Albert.
Primer paso: El Supremo les dio la razón
El Tribunal Supremo finalmente les dio la razón, que se estructuró en la Orden Ministerial citada de 2008. Aunque ellos no comprendían por qué no se había producido antes esa facilidad para obtener la licencia de piloto en España. “Nosotros les dijimos que, si tenían ejemplos en el resto de Europa y estaba homologado para volar aquí, por qué no podían pilotar”, asevera De Albert. “Nos dijeron que no estaba ejecutado”, continúa en referencia al obstáculo inicial, aunque concluye: “Pues lo procedimentamos”.
Estas fueron las puertas que se abrieron para que tanto Las Sillas Voladoras como otras escuelas de vuelo con o sin motor se extendieran por toda España. Cataluña, Andalucía, Madrid… lo que en un principio no se veía como una necesidad aeronáutica resultó, tras la resolución positiva del Supremo, que sí lo era. Pero todavía no hemos alcanzado a otros países europeos, donde sí se puede obtener la licencia de piloto comercial. En cualquier caso, De Albert ha abierto un mundo de aviación adaptada y cuenta con una red en la que se encuentra el francés Philippe Carette, piloto y bioquímico que se desplaza en silla de ruedas y lidera un proyecto para mover las piernas de personas sin movilidad.

