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Como en años anteriores, se celebró en el Aeródromo de Ocaña la Fiesta Comienzo de Temporada 2018. Fue el 5 de Mayo y a los habituales colaboradores de ésta jornada, Predif, ULM escuela de vuelo, Aeroclub de Ocaña, Club Las Sillas Voladoras y SENASA, se sumaron también éste año el Gyroclub La Cierva, y la empresa INITEC S.A.U que aprovechó la jornada para organizar una fiesta de vuelo entre sus empleados.

El día amaneció claro y con poco viento, y con estas premisas, se auguraba una espléndida jornada de vuelo a vela, como así ocurrió.

Se inició el evento con un encuentro en la sala de briefing del aeródromo entre los Clubs colaboradores y las personas participantes en la Fiesta. Se expusieron los medios aéreos aportados y actividades a realizar por parte de los Clubs , y se dio una charla sobre los objetivos y finalidad que persiguen Las Sillas Voladoras.

Acabado el briefing, nos dirigimos al campo de vuelo donde esperaban los medios aéreos a nuestra disposición: el precioso y recién estrenado EC-BUK de Las Sillas Voladoras, el EC-BUO de SENASA y un DG-500 cedido por el Aeroclub de Ocaña para la ocasión. Posteriormente se sumó a los vuelos de divulgación un autogiro del Gyroclub La Cierva. Mencionar que -ULM Escuela de Vuelo- también había cedido un ultraligero Aeroprakt A-22 adaptado para personas con movilidad reducida, pero que no pudo participar debido a un retraso por parte de la Administración en las pruebas para homologar la Certificación de Tipo Adaptado al manejo manual del avión.

La actividad en la pista 29 fue frenética durante toda la mañana; las remolcadoras, prácticamente no daban abasto y era todo un espectáculo ver como veleros de varios tipos y nacionalidades aterrizaban y despegaban sin parar. La frecuencia de vuelos disminuyó por la tarde, pero la jornada ya había sido todo un éxito, y gracias al esfuerzo de todos, ya fueran pilotos, voluntarios o colaboradores, se pudieron dar todos los vuelos que estaban programados. El comentario generalizado entre aquellos que experimentaron por primera vez un vuelo a vela o en autogiro fue de “experiencia inolvidable”.

Como colofón, y siguiendo con la tradición, para reponer fuerzas después de un día tan intenso y completo, disfrutamos en un ambiente ya más relajado y distendido de una deliciosa barbacoa. Coincidimos los asistentes al ágape en señalar lo bien que se había desarrollado la jornada, y nos emplazados para organizarla de nuevo al año siguiente.

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